El 80% de las empresas tiene o ha tenido su origen en una idea surgida en el seno de una familia. “No conozco nada tan potente como una empresa familiar que sabe gestionar bien sus singularidades”, afirma Alejandro Romero, socio y director ejecutivo de Llorente & Cuenca para América Latina.
A su entender, este protagonismo de la empresa familiar también adquiere cifras notables en el ámbito de las grandes corporaciones. Advierte que no se debe confundir, por tanto, necesariamente empresa familiar con Pyme familiar mal gestionada.
“Se estima que el 25% del Top 100 de empresas europeas tienen carácter familiar. Y si echamos una mirada a las economías emergentes encontramos que, de acuerdo a datos facilitados recientemente por McKinsey & Company, el 60% de las compañías cotizadas en países emergente con valoración superior al billón de dólares son de propiedad familiar”, destaca Romero en un informe que Llorente & Cuenca tituló: “Empresas familiares latinas: más gobierno, mejores empresas”, por el experto de la firma Manuel Bermejo.
Algunos de los datos en el informe son tomados de estudios de Ernst & Young, conocida como EY, una de las mayores firmas de servicios profesionales del mundo, que incluyen auditoría, impuestos, finanzas, contabilidad, servicios de cálculos y estudios actuariales y asesoramiento en la gestión de la empresa.
Romero señala que en el caso de las empresas familiares estas cuentan con una serie de características únicas, inherentes a su condición, que dan lugar a la existencia de unas fases específicas en su ciclo vital: fundación, crecimiento y traspaso. “Una empresa familiar surge de una idea, una ilusión, un sueño de su fundador”, destaca.
Afirma que para el fundador, la empresa se convierte, desde el momento de su creación, en una parte fundamental de la vida de este.
“Como el padre que tiene por primera vez a su hijo entre sus brazos, los deseos del fundador cuando crea su empresa son verla crecer, evolucionar y hacerse fuerte. En términos empresariales, esto se traduce en crecimiento empresarial, expansión e internacionalización”, apunta.
El socio y director ejecutivo de Llorente & Cuenca para América Latina explica que la empresa familiar tiene unas características únicas, inherentes a su condición que son la razón del éxito o del fracaso posterior. Afirma que la implicación emocional, el sentido de identidad, de pertenencia, la existencia de una cultura compartida, el liderazgo del fundador son algunas de las claves del éxito y el crecimiento empresarial en una empresa familiar.
Sin embargo, dice, a estas también le acompañan negatividades propias del carácter familiar del negocio como pueden ser la superposición de roles o la existencia de intereses contrapuestos.
Conciencia
A su entender, es importante que el fundador tome conciencia de que el crecimiento de la familia va a dar lugar a la existencia de intereses contrapuestos y que es necesario ordenarlos, conciliarlos y tomar medidas para evitar situaciones de conflicto; y para ello hace falta liderar el proceso de comunicación.
Además, sostiene, el fundador ha de ostentar, hasta el final, el poder de perpetuar o destruir lo que ha creado y, por supuesto, debe planificar la sucesión. En este sentido, destaca que las familias que hacen un buen trabajo en la preparación de los jóvenes para ingresar en la empresa familiar generalmente prestan mucha atención a los sueños y necesidades de sus hijos.
Romero señala que para garantizar el éxito de la empresa es fundamental la existencia de un protocolo familiar, es decir, un documento que regule y desarrolle las reglas de actuación y comportamiento en sentido tridireccional (propiedad-empresa-familia), así como fijar el marco para su desarrollo.
“Se trata de un acuerdo marco entre los miembros de la familia que regula las relaciones económicas y profesionales entre los socios familiares y la empresa, así como ciertos aspectos de la gestión y organización de la misma. Aunque, en realidad es mucho más que un acuerdo, es un código de conducta empresarial y familiar”, sostiene.
El experto destaca que el reto de un emprendedor familiar es doble pues ha de atender a negocio y a familia.
Responsabilidades
Los fundadores de las empresas familiares saben que en algún momento habrán de ceder el mando a una nueva generación, pero que necesitan preparar los talentos que estarán al frente.
Romero destaca que pocas experiencias pueden igualar la enorme satisfacción derivada de dirigir una empresa familiar y verla vivir en manos de sucesivas generaciones.
Entiende que ayudar a las empresas familiares es tanto como hacerlo con el desarrollo de las sociedades habida cuenta de su gran contribución en términos de empleo, riqueza y bienestar. “Si hay un consejo contundente que ofrecer a las familias empresarias es que gestionen de forma responsable sus negocios, lo cual pasa, sin ningún género de duda, por crear y perfeccionar sus sistemas de gobierno corporativo”, apunta.
Romero explica que dirigir con éxito una empresa familiar, entendida como el sumatorio de una familia sana y unida y una empresa en crecimiento y rentable, va a exigir, como no podía ser menos, el esfuerzo de muchos, por lo que se trata de una labor siempre de equipo.
Fuente: http://www.eldinero.com.do/12384/claves-que-llevan-al-exito-a-las-empresas-familiares/
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