Fuente: http://voces.latercera.com/2016/09/16/jon-martinez/conflictos-mas-frecuentes-en-las-empresas-familiares/
En la columna anterior hicimos una introducción al complejo tema de los conflictos en la empresa familiar y en la de hoy explicaremos y procuraremos dar ideas acerca de cómo manejar tres de los tipos más comunes de conflictos en las empresas de propiedad y conducción familiar: los estructurales, los generacionales y los conflictos entre hermanos.
Los conflictos estructurales son aquellos que se derivan de la existencia de los tres círculos o subsistemas que conforman la empresa familiar: empresa, familia y propiedad. ¿Cómo podemos manejar estos conflictos estructurales? En primer lugar, es preciso dibujar muy bien los límites imaginarios entre los tres círculos y respetar esos límites ocupando el rol que corresponde en cada caso. En otras palabras, hay que saber qué “sombrero” ponerse en cada caso: el de dueño, el de ejecutivo o el de miembro de la familia. Estructuras u organismos tales como el consejo familiar, el directorio, el comité Ejecutivo, etc. contribuyen en gran medida a conversar y a negociar este tipo de problemas. Es decir, teniendo cada uno de los tres círculos una estructura u órgano que los represente especializadamente, podrán entenderse mucho mejor.
Los conflictos generacionales se derivan de la existencia de más de una generación en la empresa familiar. Estamos hablando, entonces, de conflictos entre padres e hijos, entre tíos y sobrinos, e incluso entre empleados familiares y no familiares de distintas generaciones, como podrían ser, por ejemplo, los empleados antiguos y leales al padre versus el sucesor o los candidatos a sucesor. ¿Cuáles son las recomendaciones que se pueden hacer para evitar o mitigar este tipo de conflictos? Para comenzar, es importante hacer que la gente tome conciencia de los problemas derivados de las etapas en la vida de las personas. Al igual que en el caso de los conflictos estructurales, el tomar conciencia de los problemas derivados de las etapas o de las diversas fases y edades por las que atraviesa la vida de una persona, ayuda muchísimo a entender el punto de vista del otro, a ponerse en su lugar. El que un hijo pueda entender las situaciones difíciles por las que su padre podría atravesar, y el que un padre comprenda los problemas por los que pasa un hijo ahora y recordar por los que atravesó él, ayuda muchísimo a empatizar con el punto de vista del otro.
Es importante que los padres que ya estén empezando a vislumbrar el retiro de la gestión, se preocupen de ampliar su mundo e incluir actividades más allá de la compañía, de manera deno encerrarse por completo en la vida de la empresa. Esto les ayudará mucho a superar estos conflictos generacionales.
Los conflictos entre hermanos son los más fáciles de explicar, pero también desafortunadamente son algunos de los más frecuentes en las empresas familiares. ¿Qué podemos sugerir para manejar los conflictos entre hermanos? Es preciso darse cuenta de que las rivalidades entre hermanos siguen hasta la vida adulta. En otras palabras, todas aquellas viejas rencillas de cuando eran niños, o adolescentes, mientras no sean conversadas, solucionadas o borradas de la mente de estos jóvenes, tienden a seguir hasta la vida adulta. Es, por tanto, clave que los hermanos sepan manejar estas rivalidades desde chicos.
Además, es bueno que las rivalidades sean explícitas, que estén a la vista y puestas en su debida perspectiva. Lo peor en un conflicto es cuando un hermano tiene un fuerte resentimiento hacia el otro, pero el otro no tiene idea de que su hermano está herido y, menos aún, por qué. Es muy importante, entonces, que esta rivalidad sea conversada, sacada a la luz, explicitada y puesta en su debida perspectiva, sin armar un drama del problema, pero tampoco taparlo u ocultarlo. Entre otras cosas, es muy recomendable que los hermanos puedan aprender a conversar sus rivalidades que son connaturales a la especie humana, que aprendan a manejarlas y a convivir con ellas, porque lo más probable es que los acompañen siempre.
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