Diez reglas que toda empresa familiar debe seguir si quiere administrar de manera más efectiva las relaciones que los integrantes de la familia que trabajan en la empresa sean las mejores y evitar, por tanto, los malentendidos.
Regla número uno: Definir un proyecto de empresa que aglutine a toda la familia. Esta es la regla más importante a lograr, ya que gracias a ella, se le da unidad al proyecto familiar de empresa, y aglutina todas las habilidades, conocimientos y fortalezas individuales hacia un solo lugar y la sinergía que se logra es importante.
Regla número dos: Identificar los valores que han llevado al éxito a la empresa para incorporarlos consciente y formalmente al código genético de la empresa familiar. El éxito de la empresa familiar, no sólo es posible debido a su ventaja competitiva que tiene en el mercado, muchas veces, los valores que los o él fundador le han inculcado y por los cuales se trabajan, son una ventaja competitiva única y que hace posible el éxito en ella.
Regla número tres: Armonía familiar, cuidar también las relaciones personales. Es importante para el empresario familiar, tener en cuenta las relaciones que tiene con su familia en su conjunto. En muchas ocasiones, el fracaso de la empresa o de la familia está dado por el éxito de la contraparte. Es necesario tener un balance adecuado entre ambas entidades.
Regla número cuatro: Definir los roles e identificar los liderazgos de la empresa. Importante que los roles se definan de forma objetiva y a través de un proceso racional. En muchas ocasiones, la empresa solo tiene de forma visceral la forma en que ha designado a sus familiares como empleados. Lo que sí es básico para la empresa es tener un líder generacional de la familia, la fortaleza de la misma empresa está sentado por la participación de la familia en la misma, y esa es su ventaja competitiva, por lo que es necesario entonces encontrar el liderazgo natural e irlo formando.
Regla número cinco: Sentar las bases mediante las cuales se dará la administración y gestión del conflicto. La empresa familiar, por su naturaleza básica, en ocasiones personaliza el conflicto, en lugar de verlo como algo natural y ajeno a la práctica empresarial. Es necesario tener los mecanismos ya sea internos o externos que permitan a la empresa tener una resolución de conflictos natural y evitando que escalen a lo personal.
Regla número seis: Decir las cosas con franqueza y espíritu constructivo. A diferencia de otras culturas de empresa familiar, las empresas latinas buscan no herir al otro, evitar susceptibilidades y por tanto, esconder u ocultar información para “evitar” un problema. La realidad es que lo único que generan con esta situación es que se tenga un problema mayor, ya que la misma empresa no está solucionando los conflictos adecuadamente. Se necesita tener la franqueza para decir las cosas pero aparejada del espíritu constructivo para que no se vea esa franqueza como una situación de detrimento del otro, de poner un obstáculo y se volverá a tomar de forma personal o de ataque el comentario.
Regla número siete: Generar las condiciones para crear un clima de respeto y confianza mutua. Es dejar de poner etiquetas al otro familiar, respetarse en las reuniones, en los acuerdos y trabajar todos por el bien común, tanto de la empresa como de la misma familia. Este es un punto medular y de los más difíciles de lograr para que se tenga éxito en la familia.
Regla número ocho: Asegurar la educación de los hijos y la armonía de ellos con la empresa familiar. Es darle la perspectiva de largo alcance y plazo a la empresa, es educar a los hijos como personas que pueden ser factor de cambio en la misma organización, teniendo en cuenta que el ser dueños no los hace más o menos que las personas que trabajan en la misma organización.
Regla número nueve: Definir las prioridades, sobre todo aquellas que van a contraponer a la familia con la empresa. La prioridad familiar en ocasiones no es la misma que la prioridad empresarial. Es entonces indispensable lograr un buen balance entre las prioridades de uno y de otro para tener el éxito necesario sobre todo para poder traspasar el poder y la administración a la siguiente generación.
Regla número diez. Identificar el reto a largo plazo. Es importante que se tengan retos a largo plazo tanto la familia como la empresa, ya que eso da la permanencia de ambas, tener ese por qué luchar y por qué hacer lo que se hace.
Espero que a todos aquellos empresarios familiares que nos leen les sean útiles estas 10 recomendaciones y reglas que harán que sea más fuerte la empresa familiar que comandan.
Fuente: http://www.lja.mx/2015/08/las-10-reglas-para-la-empresa-familiar-enredos-financieros/
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